La hoja de ruta de la COVID-19: Hacia el caos económico global y la destrucción social

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Ahora se confirma que la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) utilizada para estimar los casos positivos de la COVID-19 es dudosa. No puede detectar ni identificar el virus. En realidad, lo que detecta son partículas o fragmentos de virus.

PCR “positivo” no implica necesariamente tener la COVID-19. Las estadísticas de la prueba de PCR no miden de forma adecuada los «casos confirmados». La prueba de PCR no proporciona los datos necesarios (por los responsables políticos y las autoridades sanitarias nacionales) para evaluar el número de personas infectadas. Además, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), “una infección [COVID-19] positiva” podría ser resultado de una “coinfección con otros virus … el agente detectado puede no ser la causa de la enfermedad”.

Si bien estas estadísticas oficiales se utilizan para «medir» la propagación de la infección viral no son de fiar, no obstante, se han utilizado para promover una campaña de desinformación y miedo.

Debido a que la prueba de PCR no es un instrumento capaz de identificar la propagación del virus, las principales decisiones tomadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los gobiernos nacionales desde fines de enero de 2020 (respaldadas por estas estadísticas) son potencialmente inválidas. Además, informes oficiales que incluyen a la OMS confirman que la COVID-19 no es un “virus asesino”, sino que características parecidas a la influenza estacional.

El propósito de este artículo es examinar cómo es que estas decisiones de gran alcance, basadas en conceptos sin validez y estadísticas que no son de fiar, han contribuido a generar un estado de caos económico, social y político en todo el mundo, que condujo al confinamiento y cierre de 190 economías nacionales de los estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 11 de marzo de 2020. Solamente tres países, incluidos Bielorrusia, Nicaragua y Suecia, se negaron a cerrar su economía nacional.

Cabe destacar que se tomaron decisiones importantes desde el comienzo, el 30 de enero de 2020, cuando el número de casos positivos registrados era extremadamente bajo.

El confinamiento y el cierre de las economías nacionales en todo el mundo el 11 de marzo de 2020 se presentaron como acciones para enfrentar el «virus asesino» y «salvar vidas». Está ampliamente documentado que estas acciones han provocado desempleo masivo y pobreza en todo el mundo.

La hoja de ruta hacia el caos económico y la destrucción social

18 de octubre de 2019. Evento 201, simulador de una pandemia

El coronavirus fue inicialmente nombrado 2019-nCoV por la OMS, el mismo nombre adoptado en el ejercicio de simulación 201 realizado el 18 de octubre de 2019 bajo los auspicios de la Escuela Bloomberg de Salud de la Universidad John Hopkins, el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud y el Foro Económico Mundial). (Evento 201)

7 de enero de 2020: Las autoridades chinas “identificaron un nuevo tipo de virus” que (según informes oficiales) fue aislado el 7 de enero de 2020.

20-24 de enero: Reuniones del Foro Económico Mundial en Davos. Intervención de poderosos intereses financieros.

Los intereses financieros dominantes, las fundaciones multimillonarias y las instituciones financieras internacionales jugaron un papel clave en lanzar la denominada “Emergencia de Salud Pública” de la OMS. En estricto sentido, la decisión no fue tomada por la OMS.

En la semana anterior a esta decisión histórica de la OMS. La “Emergencia de Salud Pública” fue objeto de “consultas” en el Foro Económico Mundial de Davos (llevado a cabo entre el 21 y el 24 de enero). El director General de la OMS, el Dr. Tedros, estuvo presente en Davos. ¿Influyeron estas “consultas” en la decisión histórica de la OMS tomada el 30 de enero?

¿Hubo un conflicto de intereses, según las propias definiciones de la OMS? Sucede que el principal donante de la OMS es la Fundación Bill y Melinda Gates, que junto con el Foro Económico Mundial y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés) ya habían anunciado en Davos el desarrollo de una vacuna contra la COVID-19, antes del lanzamiento histórico de la “Emergencia de Salud Pública” del 30 de enero.

28 de enero de 2020: Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos confirmó que se había logrado aislarse el nuevo coronavirus. A la fecha, el proceso de identificación del virus no se ha hecho público.

30 de enero de 2020: Se lanza una “Emergencia de Salud Pública” de importancia internacional.

La primera etapa de esta crisis fue lanzada por la OMS el 30 de enero. Si bien oficialmente no fue designada como «pandemia», sí contribuyó a fomentar una campaña de miedo.

Desde el principio, las estimaciones de “casos positivos confirmados” han formado parte de un “juego de números” (‘Numbers Game’).

En algunos casos, las estadísticas simplemente no se tomaron en cuenta, y en otros casos, se inflaron las cifras con el fin de generar pánico.

El número de “casos confirmados” sustentados ​​en estimaciones erróneas (PCR) que se utilizaron para justificar esta decisión de gran alcance fue ridículamente bajo.

La población mundial fuera de China es del orden de 6,400 millones. El 30 de enero de 2020 fuera de China había:

83 casos en 18 países, y solo 7 de ellos no tenían antecedentes de viajes a China. (véase OMS, 30 de enero de 2020).

El 29 de enero de 2020, el día anterior al lanzamiento de la “Emergencia de Salud Pública” (de la OMS), había 5 casos en Estados Unidos, 3 en Canadá, 4 en Francia, 4 en Alemania.

No existía «base científica» para justificar el comienzo de una “Emergencia de Salud Pública” mundial.

Tabla de la OMS, 29 de enero de 2020

Un día antes de la decisión de la OMS de declarar una emergencia de salud pública mundial

Estos números ridículamente bajos (no mencionados por los medios de comunicación) se utilizaron para lanzar una campaña de miedo en escala mundial.

31 de enero de 2020: Decisión del presidente Donald Trump de suspender viajes aéreos con China

Mientras que la OMS «[no] recomendó ninguna restricción de viaje o comercio», los cinco presuntos «casos confirmados» en Estados Unidos resultaron suficientes para «justificar» la decisión del 31 de enero del presidente Trump de suspender los viajes aéreos a China, mientras precipitaba una campaña de odio contra grupos étnicos chinos en todo el mundo occidental.

Esta histórica decisión del 31 de enero allanó el camino para la interrupción del comercio internacional de productos básicos, así como la imposición de restricciones sobre viajes aéreos en escala mundial.

Y esos «casos confirmados» se obtuvieron en su mayor parte utilizando la prueba estándar RT-PCR.

20-21 de febrero de 2020: Datos mundiales de coronavirus fuera de China, el crucero ‘Diamond Princess’

Si bien China reportó un total de 75,567 casos de la COVID-19, (20 de febrero) los casos confirmados fuera de China eran abismalmente bajos y las estadísticas basadas en gran parte en la prueba de PCR utilizada para confirmar la «propagación mundial del virus» eran cuestionables, por decir lo menos. Además, de los 75,567 casos registrados en China, un gran porcentaje se había recuperado. Y estas cifras de recuperación no fueron rescatadas por los medios de comunicación.

El día de la histórica conferencia de prensa del Dr. Tedros (el 20 de febrero de 2020), el número de casos confirmados fuera de China era de 1,073, de los cuales 621 eran pasajeros y tripulación del crucero ‘Diamond Princess’ (varado en territorio japonés).

Crucero ‘Diamond Princess»

Desde el punto de vista estadístico, la decisión de la OMS de advertir una posible “propagación del virus en todo el mundo” no tenía sentido.

El 20 de febrero, el 57.9% de los «casos confirmados» de la COVID-19 en todo el mundo eran del crucero ‘Diamond Princess’, que representaba una «tendencia mundial”. La historia oficial es la siguiente:

  • Un pasajero con sede en Hong Kong que había desembarcado del crucero ‘Diamond Princess’ en Hong Kong el 25 de enero desarrolló neumonía y dio positivo por el nuevo coronavirus el 30 de enero.
  • Se informó que viajó el 10 de enero a Shenzhen en China continental (que limita con los nuevos territorios de Hong Kong).
  • El crucero ‘Diamond Princess’ llegó a Yokohama el 3 de febrero. Se impuso una cuarentena al crucero (Véase estudio de la NCBI).
  • Muchos pasajeros se enfermaron debido al confinamiento en el barco.
  • Todos los pasajeros y la tripulación del crucero ‘Diamond Princess’ se sometieron a la prueba de PCR.
  • El número de casos confirmados aumentó a 691 el 23 de febrero.

Desde el punto de vista de la evaluación de las tendencias estadísticas mundiales, los datos no tenían validez. Sin los datos del crucero ‘Diamond Princess’, los denominados “casos confirmados en todo el mundo fuera de China” al 2 de febrero habrían sido del orden de 452, de una población de 6,400 millones.

Examine el gráfico de la OMS a continuación. El azul indica los casos confirmados en el crucero ‘Diamond Princess’ (transporte internacional) (que llegó a Yokohama el 3 de febrero de 2020), muchos de los cuales estaban enfermos, confinados en sus habitaciones durante más de dos semanas (cuarentena impuesta por Japón). A todos los pasajeros y la tripulación se les realizó la prueba de RT-PCR (que no detecta ni identifica la COVID-19).

No hace falta decir que estos supuestos datos jugaron un papel importante para promover la campaña de miedo y el colapso de los mercados financieros en el transcurso del mes de febrero.

Fuente: OMS, 28 de febrero de 2020

La crisis financiera de febrero de 2020. El colapso financiero 2020 por coronavirus

El 20 y el 21 de febrero de 2020 marca el comienzo de la crisis financiera de 2020.

20 de febrero de 2020: En una conferencia de prensa el jueves 20 de febrero por la tarde (hora CET), en una sesión informativa en Ginebra, el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que estaba

“Preocupado porque la posibilidad de contener el brote de coronavirus se estaba “estrechando” …

«Creo que la ventana de oportunidad todavía está ahí, pero esta ventana se está reduciendo».

Estas declaraciones de “conmoción y pavor” contribuyeron a intensificar la campaña de miedo, a pesar de que el número de casos confirmados fuera de China era extremadamente bajo.

Oficialmente 1,073 casos en todo el mundo.

Excluyendo al crucero ‘Diamond Princess’, 452 de los llamados “casos confirmados” en todo el mundo fuera de China, para una población de 6,400 millones registrados por la OMS el 20 de febrero, 15 en Estados Unidos, 8 en Canadá, 9 en el Reino Unido (febrero de 2020).

Se registró un mayor número de casos fuera de China en Corea del Sur (153 casos según la OMS) e Italia (registrados por las autoridades nacionales).

Datos de la OMS registrados en febrero de 2020 al comienzo del llamado colapso financiero por coronavirus (derecha)

La declaración del Dr. Tedros (basada en conceptos y estadísticas que no son de fiar), sentó las bases para el colapso financiero de febrero provocado por información privilegiada, información previa, comercialización de derivados, ventas al descubierto y una gran cantidad de operaciones de fondos de cobertura.

Quien tuviera información previa (información privilegiada) de la declaración del 20 de febrero del director general de la OMS habría cosechado importantes ganancias monetarias.

¿Hubo conflicto de intereses? La OMS recibe fondos de la Fundación Gates. Y Bill Gates tiene “un 60% de sus activos invertidos en acciones [incluidas acciones y fondos indexados]”, según un informe de la CNBC publicado en septiembre de 2019.

La caída del mercado de valores iniciada el 20 de febrero, conocida como el desplome por coronavirus 2020, se clasificó como:

«La caída más rápida en los mercados bursátiles mundiales en la historia financiera, y la caída más devastadora desde la caída de Wall Street en 1929».

La causa del colapso financiero fue (de acuerdo con los analistas), el virus. La propagación del virus fuera de China.

La campaña de miedo del “virus asesino”, junto con las “advertencias” oportunas del Dr. Tedros sobre la necesidad de implementar una pandemia mundial, sirvió a los intereses de los especuladores institucionales y los fondos de cobertura de Wall Street. La crisis financiera provocó un cambio importante en la distribución de la riqueza monetaria. (Véase análisis a continuación)

La semana siguiente al anuncio de la OMS del 20 al 21 de febrero, el Dow Jones colapsó en un 12% (CNBC, 28 de febrero de 2020). Según los analistas, la caída del Promedio Industrial Dow Jones (DJIA, por sus siglas en inglés) fue resultado de la propagación mundial del virus. Una declaración sin sentido en contradicción con el (pequeño) número de estimaciones positivas de la OMS por coronavirus, la mayoría de las cuales se basaron en pruebas de PCR.

El lunes 24 de febrero, tras la reapertura de los mercados de valores, hubo una caída sin precedentes en el Dow Jones atribuible a los «peligros inminentes» que «el coronavirus estaba extendiendo por todo el mundo generando incertidumbre en los mercados financieros».

Las acciones cayeron drásticamente el lunes (24 de febrero) cuando aumentó el número de casos de coronavirus fuera de China, lo que avivó los temores de una desaceleración económica mundial prolongada por la propagación del virus. El Promedio Industrial Dow Jones cerró 1,031.61 puntos por debajo, o un 3.56%, a 27,960.80”. (CNBC) (énfasis añadido)

Promedio Industrial Dow Jones: diciembre 2019 – marzo 2020

También el 24 de febrero, Trump solicitó una ayuda de emergencia por un monto de 1,250 millones.

Según la BBC, los mercados bursátiles mundiales experimentaron fuertes caídas «debido a las preocupaciones sobre el impacto económico del virus», lo que sugiere que el virus fue «la» mano invisible» responsable del declive de los mercados financieros.

COVID-19 se identificó estrechamente como el catalizador del colapso financiero.

¿Quién estaba detrás de este catalizador? ¿Quién estuvo detrás de la campaña de miedo que contribuyó a desencadenar el caos y la incertidumbre en los mercados financieros?

11 de marzo de 2020: Pandemia de la COVID-19, confinamiento y cierre de 190 economías nacionales

El director general de la OMS preparó el escenario en su conferencia de prensa del 21 de febrero. “El mundo debería hacer más para prepararse para una posible pandemia de coronavirus”. La OMS había pedido a los países que estuvieran «en fase de preparación».

El 11 de marzo de 2020: La OMS declaró oficialmente una pandemia mundial en un momento en que había 18,000 casos confirmados y 4,291 muertes de una población mundial total fuera de China del orden de 6,400 millones de personas. ¿Qué significan estas «estadísticas»?

Inmediatamente después del anuncio de la OMS del 11 de marzo, la campaña de miedo se aceleró. Como en el caso del accidente del 20 al 21 de febrero, la declaración del 11 de marzo del director general de la OMS había sentado las bases. Los mercados de valores se desplomaron en todo el mundo. A la mañana siguiente, el Promedio Industrial Dow Jones (DJIA, por sus siglas en inglés) se desplomó un 9.99% (una caída de 2,352.60 para cerrar en 21,200.62). El jueves negro, el 12 de marzo de 2020 fue “el peor día del Dow Jones” desde 1987. Se había producido una transferencia masiva de riqueza financiera a favor de los multimillonarios estadounidenses.

Se transmitieron instrucciones de confinamiento a 193 estados miembros de las Naciones Unidas. Los políticos son instrumentos de poderosos intereses financieros. ¿Esta decisión de gran alcance era justificable para combatir el virus?

Sin precedentes en la historia, aplicada casi simultáneamente en un gran número de países, se desestabilizaron sectores enteros de la economía mundial. Las pequeñas y medianas empresas se vieron orilladas a la quiebra. El desempleo y la pobreza son rampantes.

En algunos países han estallado hambrunas. Los impactos sociales de estas medidas son devastadores. Los impactos en la salud (mortalidad, morbilidad) de estas medidas, incluida la desestabilización del sistema de atención médica nacional (en numerosos países), superan con creces los atribuidos a la COVID-19. (Para obtener más detalles, consultar el artículo del autor aquí).

Enriquecimiento multimillonario. Apropiación y redistribución de la riqueza

  1. La riqueza de los multimillonarios ha aumentado dramáticamente desde principios de febrero. Hay tres fases distintas, que están directamente relacionadas con la crisis del coronavirus, cada una de las cuales está marcada por transformaciones importantes en cuanto a la distribución de la riqueza global.
  2. La crisis financiera iniciada el 20 de febrero llevó a una redistribución espectacular de la riqueza monetaria y la propiedad de activos financieros. Información previa, información privilegiada y comercio especulativo jugaron un papel clave. ¿Estaban enterados de lo que el Dr. Tedros iba a declarar el 20 de marzo?
  3. El confinamiento del 11 de marzo y el cierre de las economías nacionales de 190 estados miembros de la ONU, provocó quiebras tanto de empresas como de PYMES en todo el mundo. El evento del 11 de marzo también estuvo marcado por la caída de los mercados de valores en todo el mundo, a partir del “jueves negro” del 12 de marzo de 2020.

La tercera etapa del enriquecimiento multimillonario corresponde a la implementación de la llamada “segunda ola” que consiste en desencadenar una nueva ola de quiebras.

La redistribución de la riqueza a favor de la clase multimillonaria ha sido confirmada por un estudio de IPS sobre el cierre de la economía global.

La riqueza combinada de los multimillonarios estadounidenses aumentó en 850,000 millones de dólares desde el 18 de marzo de 2020, un aumento de más de un 28 por ciento. (Esta estimación no toma en cuenta el aumento de la riqueza durante el período anterior al 18 de marzo, que estuvo marcado por una serie de desplomes bursátiles).

El 18 de marzo de 2020, los multimillonarios estadounidenses tenían una riqueza combinada de 2.947 billones de dólares. Para el 8 de octubre, su riqueza ha aumentado a 3.8 billones de dólares (3.798 billones para ser exactos).

A nivel mundial, los multimillonarios son los grandes ganadores durante la pandemia de la COVID-19. Según un informe reciente de UBS, los aproximadamente 2,189 multimillonarios globales ahora tienen 10.2 billones de dólares. Esto representa un aumento estimado de 1.5 billones de dólares durante la pandemia, considerando las cifras de UBS y Forbes de 2019.

La siguiente tabla identifica el aumento de la riqueza personal de los cinco multimillonarios estadounidenses más ricos (del 18 de marzo al 17 de junio de 2020). (No se detalla en la tabla que la riqueza de los multimillonarios estadounidenses aumentó en otros 266,000 millones de junio a octubre de 2020).

Ahora reflexionemos brevemente sobre la “segunda ola” que busca imponerse a millones de personas.

La “segunda ola”

Septiembre-octubre de 2020. El sistema financiero ha instruido a los gobiernos para que implementen lo que equivale a un segundo programa de quiebra bajo el pretexto y la justificación de que ha aumentado el número de casos positivos de coronavirus.

Con toda probabilidad, esta “segunda ola” conducirá a un proceso de apropiación y concentración de la riqueza en una escala mayor.

Al mismo tiempo, hay una tendencia hacia formas de gobierno cada vez más totalitarias.

Todas las formas de la actividad social se ven afectadas, incluidas reuniones familiares, bodas y funerales, reuniones públicas, sin mencionar el cierre de escuelas, universidades, museos, eventos deportivos y culturales. Ahora se están aplicando medidas policiales por parte del Estado para hacer cumplir estas medidas. ¡Y la gente lo acepta!

Al comienzo de la “segunda ola”, posponer la reapertura de la economía mundial arrasará con las pequeñas y medianas empresas (regionales y locales) en todo el mundo, al tiempo que precipitará la quiebra de sectores enteros de la economía mundial, incluidas aerolíneas, cadenas hoteleras y la industria turística. Esto, a su vez, conducirá a la apropiación de activos reales por parte de poderosos intereses financieros.

La campaña de miedo ha vuelto a cobrar fuerza.

Las estadísticas oficiales basadas en estimaciones erróneas y manipuladas de los denominados casos positivos de coronavirus “confirmados” constituyen la base para justificar medidas diabólicas.

El virus se presenta como amenaza. Pero, en realidad, el virus no tiene impacto directo en las variables económicas clave.

Lo que está en juego no tiene precedentes: Se trata de una agenda neoliberal global llevada a cabo por gobiernos corruptos a nombre de grandes intereses financieros.

El sentido común nos dice que el cierre de la economía global destruye la vida de las personas.

Enfrentar la campaña de miedo es el primer paso para revertir esta ola.

Michel Chossudovsky

Michel Chossudovsky: Profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa, es fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research). Sus escritos se han publicado en más de 20 idiomas, es un activista antiglobalización y antibélico. Ha actuado como profesor visitante en organizaciones académicas en Europa occidental, América Latina y el Sudeste asiático, además de asesor de gobiernos en países en desarrollo y consultor de organizaciones internacionales como el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Ha sido galardonado con la Medalla de Oro de la República de Serbia por sus escritos sobre la guerra de agresión de la OTAN contra Yugoslavia (2014).

Artículo original en inglés:

The Covid-19 Roadmap: Towards Global Economic Chaos and Societal Destruction, publicado el 18 de octubre de 2020.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación Sobre Globalización (Global Research).

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Sobre el Autor

Michel Chossudovsky is an award-winning author, Professor of Economics (emeritus) at the University of Ottawa, Founder and Director of the Centre for Research on Globalization (CRG), Montreal, Editor of Global Research.  He has taught as visiting professor in Western Europe, Southeast Asia, the Pacific and Latin America. He has served as economic adviser to governments of developing countries and has acted as a consultant for several international organizations. He is the author of eleven books including The Globalization of Poverty and The New World Order (2003), America’s “War on Terrorism” (2005), The Global Economic Crisis, The Great Depression of the Twenty-first Century (2009) (Editor), Towards a World War III Scenario: The Dangers of Nuclear War (2011), The Globalization of War, America's Long War against Humanity (2015). He is a contributor to the Encyclopaedia Britannica.  His writings have been published in more than twenty languages. In 2014, he was awarded the Gold Medal for Merit of the Republic of Serbia for his writings on NATO's war of aggression against Yugoslavia. He can be reached at [email protected]

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